lunes, 3 de junio de 2013

Poemas serios (XLII)

No sé si hubo motivos,
pero siempre,
presumiendo y creyendo en tu inocencia,
desestimé juzgarte.
Y nunca los busqué, pero si hubiera
tenido en algún caso
indicios suficientes para haberte
declarado culpable,
que no te quepa duda,
con tal de exonerarte, habría sido
capaz de ser tu cómplice hasta para,
en una fosa ignota,
ocultar mi cadáver.

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