Allá por el mes de Enero,
concretamente el día seis
como todos bien sabéis,
a los sones del pandero
si bien portado os habéis
y disteis carta al cartero,
vienen tres Reyes austeros
que entre la mula y el buey,
villancicos y agnusdéis
nos dejan los puñeteros
más que tieso el monedero,
el bolsillo un agujero,
calcetines y un jersey.
Pero antes de eso, primero,
ya nos mintió el cuarto Rey
diciendo que ante la ley
todos iguales, sin fueros.
Todos iguales quizás,
pero como dijo aquél,
unos iguales fetén
y otros iguales sin más.
O si no dígame usté
por dónde se pue’agarrar
qu’el cuñao’el Marichalar
a quien ya platea la sien,
diga ser una oenegé
monte el tío un todo a cien
(cien millones, claro está),
y venga ahora a declarar,
como ha hecho ayer recién,
que vamos a llevarnos bien,
que pelillos a la mar,
que me pillo yo ahora un jet
y me largo pa’Qatar.
Puede que yo no sea quién
pero puestos a opinar
vengo aquí a reconocer
que el país de su espantá
además de ser edén
es más propio que la mar:
si por el Golfo de Omán
“del golfo” se fue a llamar,
lo será pronto también
por vivir allí el truhán.
Habrá de tener cuidado
nuestro duque el empalmado
a la hora de “currar”
que allí no son tan mirados
como aquí si has trincado
y se lo toman fatal,
ocurriendo que al final
un fulano con turbante
viene con todo el malange,
saca el tío así el alfanje
y cortando por lo sano,
le corta al cero las manos
al chorizo y al mangante
por consorte cortesano
o yerno de soberano
que diga ser el tunante,
por blanco que sea su guante
que ya no usará por vano,
además de ser un cante
con dos muñones por manos
entrenar a balonmano.
Conque piénsatelo antes
y no le déis el verano
al cazador de elefantes.
Y bien forrado el bolsillo,
tú tira siempre p’alante
que aunque redomado pillo,
entenderán tus chiquillos
que un deportista brillante,
titular siempre, triunfante,
no quiera chupar banquillo.
Texto: Agustín Casado
Ilustración: K´Kelín
El cazador de elefante
ResponderEliminaral leer esta diatriba
se pondrá de mal talante