miércoles, 17 de abril de 2013

A la luz del descabalgamiento

Cuando hubo madurado,
más que por sus maestros, por los años,
preguntó por su padre.
“Tu padre está en el cielo” -le dijeron.
(Fue cuando comprendió que había nacido,
había malvivido y moriría
abandonado y huérfano)
“¿Debo inferir entonces -respondió-
que sólo soy un pollo?”
Y acto seguido apostató por siempre
de cuentos y cuentistas anestésicos
y sus babas viscosas y seráficas.

Ilustración: Convesión de San Pablo, de Peter Paul Rubens.

No hay comentarios:

Publicar un comentario