lunes, 3 de diciembre de 2012

Relatos verosímiles (59): La paloma más oronda y pinturera se confiesa (Carlos Parejo)


Siempre quise entender el idioma de los animales. Así que un día me decidí a intentarlo con las palomas del barrio. Y, aprendido el lenguaje del zureo, me acerqué a la más oronda y pinturera de todas, y la entrevisté: ¿Cómo lleváis estos tiempos de crisis económica, vecinas palomas? ¡Muy bien, gracias! Nunca llegamos a imaginar que nos sobraría comida en las calles. ¡Los seres humanos os comportáis tan raro!

Ha bastado que os prohíban fumar dentro de los bares, para que os mudéis en masa a los veladores al aire libre. Y allí, cuando despierta el día, nos pegamos un festín a lo grande con todo lo que dejáis por el suelo. Ya no tenemos que buscar los restos de frutos que caen de los árboles, ni en los alrededores de los cubos de basuras. El único problema es ser atropellada por algún transeúnte. De hecho, muchos pajarillos no bajan aquí por miedo, y siguen aún comiendo de los tiestos de flores y plantas que se cultivan en ese paisaje aéreo, cada vez más tranquilo e idílico, que son las azoteas.

En definitiva, ¿Te gustaría quedarte aquí para siempre, o preferirías algún otro lugar? Sólo añoro la vida de las aves viajeras. Las que remontan y bajan el río Guadalquivir, en formación flecha, buscando las lejanas tierras de África. ¡Cuántas lugares diferentes conocerán y qué de aventuras correrán!

© Carlos Parejo Delgado

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