Mientras sigas ausente,
te esperaré famélico,
nutriéndome tan sólo
de mi exilio y tus heces.
Pero el día en que apenas
intuya tu regreso,
huiré como las ratas.
Así es el miedo, amiga,
una vez que ha nacido,
te descuidas y crece
como la mala hierba,
como una flor omnívora
insaciable y violenta,
más fuerte que el deseo.
te esperaré famélico,
nutriéndome tan sólo
de mi exilio y tus heces.
Pero el día en que apenas
intuya tu regreso,
huiré como las ratas.
Así es el miedo, amiga,
una vez que ha nacido,
te descuidas y crece
como la mala hierba,
como una flor omnívora
insaciable y violenta,
más fuerte que el deseo.
Fotografía: Francisco Muñoz R.
El miedo nos empequeñece, la valentia nos engrandece. Qué razón tienes...
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