I
Afán sin fe ni fuerza aullando, inútil, como un puño crispado de impotencia, como un puño vacío, como el puño del púgil que, sonado, tira golpes al aire, que lo arrastran, desnortado y herido de muerte, hasta la lona.
II
Ha mucho que ha arrojado la toalla. Y qué más da si en este cuadrilátero sin reglas ni campana, los combates se deciden sin límite de asaltos.
III
¡Tongo, tongo, habías pactado tongo! ¡Tírate, vamos, tírate!
IV
Su tiempo está contado: está contra la cuerdas.
Espero que el púgil derrotado viva en Cantillana
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