sábado, 8 de diciembre de 2012

Champán y pavo


Tanta publicidad por estas fechas
exhortando a adquirir extraordinarios
productos de consumo susceptibles
de hacernos creer felices,
que a más de un desahuciado sin trabajo
y un par de churumbeles
soñando qué traerán por Navidad
los Magos de occidente –Papa dixit

en su suntuoso y frívolo best seller vaticano-,
le debe estar bullendo en la cabeza
la idea de dar un palo
en una sucursal de un banco de renombre.
“Habrá para cenar,
entre otras noches más, por Nochebuena,
y acaso para ver como se cumple
algún pequeño sueño de los hijos
–el resto para ropas y zapatos.”

Que lo sopesen bien pues ya no es válido,
quizá nunca lo fue,
el dicho aquel que reza que al que roba
a un maldito ladrón, perdón cien años.
Eso pasó y ha sido sustituido
por obscenos indultos para aquellos
que roban a lo grande
y sádica impiedad con los que roban
para no pasar hambre.

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