la soledad ha vuelto
como tras el ciclón vuelve la calma
de súbito con fuerzas renovadas
no es que estuviese ahora
tras tanto tiempo solo acompañado
es sólo que de nuevo te esperaba
pero tú no vendrás y si vinieres
hasta esta calma chicha inagotable
que ha azotado mis velas desde siempre
no habrá no gozaremos
temerarios
de tiempo ni lugar para ingeniar
unidos la anhelada singladura
que lleve hasta la orilla de los sueños
ese punto de apoyo en que la luz
da una razón de ser a la existencia
no obstante seguiré nunca lo olvides
en tanto este sol negro no calcine
los últimos despojos melancólicos
del mapa sin leyenda al que me aferro
legando sus cenizas a las aguas
recónditas y quedas del Leteo
aquí jamás lo olvides esperando
el fúlgido turbión de tu mirada
la soledad no es tan mala, pero sobre todo no es tan mala si te sabes plantear la vida así, a solas contigo y con tus recuerdos, tiene cosas buenas también. Precioso poema.
ResponderEliminarUn besito.
Efectivamente. Hay instantes muy líricos cuando dice: la anhelada singladura que lleve a la orilla de los sueños.
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