Escribo con el alma, las vísceras, el sexo,
con la sangre y las heces,
la alegría y la lágrima,
con todo, todo, todo,
escribo mi verdad -terca mentira,
mezcla de azogue y sueños-,
dejándome el aliento en cada verso,
ardiendo, consumiéndome,
ahogándome en mi cántico.
Escribo, pero no, no soy poeta;
soy menos, mucho más: soy el poema.
Sí eres poeta. A la vista está.
ResponderEliminarUn beso.
Puede que sea verdad, puede que los versos solo te usen de instrumento y tú no seas nada o estos te consuman, siempre encuentras un extraño y muy interesante punto de vista en todo, miles de besosssssssssssssss
ResponderEliminarSiempre un placer leer tus poemas!
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