Sed de azogue
entre tu nívea frente
y el carmín de tu boca
dos espejos celestes
claros como la aurora
en ellos sombra ausente
confundido en las sombras
me busco en tanto crecen
sus brasas cegadoras
y a tientas ciego inerme
buscando en mi congoja
sigo aún cuando el poniente
al sol sediento ahoga
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