
tras un golpe que vierte de sus venas
la más postrer gota de sangre y fe
renuncia a ser ariete exhausto y ve
entonces caer los muros las almenas
atónito en el ruido . de sirenas
un canto que lo exhorta inventa . ¡vé!
y se alza su cadáver roto en pie
de nuevo en su delirio a duras penas
y cae y se levanta y cae se arrastra
ajeno al falso sueño que lo lastra
e impide que conquiste su destino
y al cabo cuando al alba se despierta
no es más que un terco espectro el alma yerta
deshecho su esqueleto en el camino
Maravillosamente triste.Abrazo
ResponderEliminarDeshacernos del cuerpo nos podría liberar de muchos deseos y decepciones, pero al fin, ¿qué haríamos sin ellos?
ResponderEliminarAbrazos