Cada vez que escucho a un político decir que apostará por algo, recuerdo que mi padre me decía a menudo, que una apuesta era una suerte de embeleco mediante el cual unos cuantos y muy selectos individuos incapaces de contraer compromiso ético alguno, sacaban tajada a costa de las pérdidas de muchos. Lo recuerdo, y me echo a temblar.
las palabras apuesta y compromiso
se dieron mutua cita en un casino
para con sus parejas respectivas
-traición y honestidad-
jugar un rato al mus
te puedo prometer y te prometo
-sin más le dijo apuesta a compromiso-
que llevo juego y pares
y envido hasta las heces porque yo
habré de repartir bien las ganancias
que vengo a cosechar con este juego
no obstante
compromiso
no se tragó el farol y fue hasta el órdago
sabiéndose garante verdadera
de frutos libertades y justicia
pero ocultaba apuesta
un as bajo la manga
un as... co de político
corrupto mamporrero del mercado
y así se repitió la misma historia
impúdica de siempre
¡hagan juego inocentes!
la banca siempre gana el pueblo pierde
Escritor frondoso, al que le cabe en un poema el recuerdo paterno, la pasión de los juegos de azar y la crítica financiera
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