por un verso rotundo
entregaría al fuego todos mis poemas
las cenizas al viento
para que con la lluvia se fundiesen
al lecho mineral -todo en lo cóncavo-
anónimas y frías
por un beso rotundo -un beso tuyo y mío un beso nuestro-
daría hasta ese verso
el don de la palabra
y este averno archipiélago en la noche
engañoso y efímero que soñamos Pangea
bajo un lecho de estrellas
en un cielo sin límites.
Ilustración: Cielo estrellado, de Vincent van Gogh
es precioso, Rafa, ese beso, aurora boreal en la noche
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