El espejo de la melancolía (XXXI)
frente a la irrealidad
se desvanece el tiempo
-un lapso huero aun dulce se hace eterno y su fin
el hielo terminal del universo-
un sosiego precario con sabor a anestésico
recorre las arterias
mudando sangre en savia carne en leña
robusto transpirar
ajeno a las fragancias y al fruto que presagian
y aun así
vida
¡VIDA!
después la luz el flash las llagas
las cenizas
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