CUANDO acabó de abrir el pecho agonizante de Francisco de Aguirre y Cortés de las Casas sobre la gran piedra negra de los sacrificios, comprendió horrorizado que deberían transcurrir muchas lunas para que aquellas tierras de la intrincada selva centroamericana volviesen a gozar del favor de los dioses; aquel conquistador inmisericorde y sanguinario carecía de corazón.
Rafa, ¿viste "También la lluvia" ?
ResponderEliminarme encantó; hoy tu "Chamán" me la ha recordado
Besitos cielo !
Suele suceder Rafa, creo que es "mal de muchos", sólo que no podemos darnos el lujo de abrirles el pecho.
ResponderEliminarBesos
(Aunque a veces dudo de mí misma, hay días en que no sé si aún lo llevo conmigo)
ResponderEliminarEspero que estés mejor, un abrazo.
ResponderEliminar(No sé porqué no digo todo junto)