miércoles, 18 de mayo de 2011

Golpe tras golpe


me pego contra un muro cada vez
que creo haber salvado la frontera
alzada entre el venero y la aridez
colmada de salitre de la espera

me pego y pego y pego como un pez
que olvida su dolor y a la carrera
regresa en su aturdida insensatez
a la orilla asfixiante y traicionera

y crece en mis entrañas un mar muerto
en medio del más áspero desierto
que haya morado nunca un alma humana

y en él la hiel la sal la sed la insana
carencia se transmudan espejismo
que al cabo es nuevo golpe muro abismo

1 comentario:

  1. Soberbio poema, tiene cadencia, en cada palabra brota sangre.


    Me lo quedo enganchado en el alma para mis días abismados.


    MaLena.

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