TAN merecedor de reprobación es el corrupto, como aquellos que son incapaces de reconocer en el ojo propio la paja -al menos la paja- que ven en el ajeno. Así jamás conseguiremos limpiar el albañal de la política de baja estofa y buitres de altos vuelos de nuestros días. Lo que, tan vehementemente, exigimos a los otros, debemos ser los primeros en cumplirlo. Y, tal y como está ya el patio -quién sabe si abierto a un jodido salvapatrias con estrellas en los hombros-, no valen peros.
Muy de acuerdo contigo!!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Ay, Dios qué deliciosas son las torrijas. Me encantan!!!
ResponderEliminarComo dice Kata, muy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarUn beso.
Yo