Este cansancio uncido de desánimo, nacido de la cópula sin éxtasis de exilio y rendición sobre las ruinas de una quimera antigua, comienza a hacer estragos. Sepulta los dialectos de la noche debajo la espesa y turbia losa de un sueño sin ensueños, degollando el insomnio y sus delirios, decapitando el verbo, castrando el espejismo de la carne, ahogando el alarido hecho poema.
Ilustración: John William Waterhouse.
Palabras que duelen muy dentro del alma al leerte.
ResponderEliminarUn cansancio casi que mata sin escrupulos!
Buen texto, maravilloso!
Besos a tu alma, siempre!!!