Carroña
Del fondo de mi miedo inoxidablesube un hedor a herrumbre. Mis pulmones,a punto de estallar, sorben abrojosque rasgan, hienden, quiebran como buitreshambrientos los coágulos sin airedel pútrido muñón que ayer fue aliento.Insólita aleación la que, del aire,da a luz a los abismos que en la noche,son lúgubre impiedad que ahoga los sueños,y graba inalterable en las entrañasla tierna cicatriz que, inermes, sangralos años desgastados sin retorno.No es fácil de enteder, mejor no hacerlo;ni el monstruo que me ocupa se comprende,en tanto, deglutiendo mis despojos,me oxida el corazón dejándolo vacío.
Estamos todos vacíos
ResponderEliminarni hay tiempo para el amor.
M.