De esas cosas que, publicando cosas parecidas, jamás publicarán los medios

LOLA Pérez acaba de anunciarlo. Ha sido esta mañana. Sorpresivamente. Nadie lo esperaba. En conferencia de prensa, a la que no ha faltado ni uno sólo de los medios de comunicación de ámbito incluso estatal, Lola, en medio de una enorme expectación, nos ha revelado, sin poder contener las lágrimas, que le ha sido diagnosticado un cáncer de mama, y que tan sólo en quince días habrá de pasar por el quirófano. Interrogada sobre el alcance de su enfermedad, nos dijo estar esperanzada -los especialistas que la están tratando estiman que se ha llegado a tiempo- pero que siente tener que abandonar durante varios meses a sus compañeros en la labor que conjuntamente desempeñan, aunque confía en que, dadas su profesionalidad y valía, podrán suplir sin mayores problemas su ausencia sin que se resienta por ello el servicio. Lola no juega al baloncesto. No es atleta. No forma parte de un grupo musical de éxito. No es actriz. No es nada que tenga algo que ver con individuos super-galácticos o famosillos sin oficio ni beneficio. Lola trabaja como limpiadora en unos grandes almacenes.