Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que aquel blanco y carmín de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.
Lupercio (o Bartolomé) Leonardo de Argensola.
Recito, de pasión loco, un soneto,
Clamando enardecido que te adoro,
Que ansío respirar, ahogado, el oro
Que fulge en tus cabellos; del coqueto
Claror de tus pupilas ser objeto,
Lamer tu vientre prieto poro a poro,
Tus pechos como lunas, para a coro
Gemir, aullar, de gozo, a ti sujeto.
Me dices son lentillas, llevo faja,
Las lunas de tu sed llevan relleno,
Y no siempre el orgasmo alcanzo pleno…
Eso no importa -digo-, pero, maja,
Es que esto es ya lo más: ¡RUUUUUUBIA DE BOTE!
Acabas de joderme el estrambote.
que "güeno", que "güeno", jejejej
ResponderEliminarnada, al estrambote me entrego
aunque de bote no tenga el pelo
jeje Poeta, que guasa
Frikitadas, campeón !
Jaja.Buenísimo.Plas plas plas.Me encantó.Vaya manejo de las palabras.Es genial.Un beso
ResponderEliminarjajajajaja, ¡eres increible!
ResponderEliminarbesos.
¡Para que luego digan que el amor es ciego!
ResponderEliminarUn besooooo
Jajaajaja buenísimo!! hasta para satirizar eres tremendoooooo
ResponderEliminarSigo leyendo, que tengo lectura atrasada.
Besosssss