La ausente (XXII)
A veces la tristeza, terca araña,Distópica y mordaz, llama a la puerta,Y anida en lo más hondo de la entrañaAislándola, dejándola desierta.En pugna desigual con la alimaña,Ansiamos desterrarla. En la reyerta,No obstante, al fin, sin nadie por compaña,Juzgamos la derrota como cierta.Y, entonces, surte un gesto, entre el barulloDe anhelos amputados y agonía,Mudándola un instante en alegría.Me basta, inesperado, un gesto tuyo,¡Ya ves!, para enfrentarme al desaliento;¡De nuevo otórgame su advenimiento!,Te ruego, antes que el cruentoCombate en soledad con no saberteTristeza sea letal, dándome muerte.
Acaba de atravesar un haz de cielo
ResponderEliminarpor esa "a calycanto" cerrada ventana,
huele a jazmines la tarde
Un abrazote
Hay corazones que guardan un poso de tristeza y melancolía que nos llevan hasta lo más profundo de los pozos.Basta un gesto, un pequeño haz de luz que se filtra para salvar al alma que se ahoga.Besoss
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