La ausente (VI)
desnudo y degollado
se exilia en los suburbios
uncido por la niebla
una mirada atrás
una oración pagana
son liturgias heréticas
vedadas a sus ansias
pero el espeso azogue
que lame sus pupilas
refleja los ladridos
de un ídolo de barro
deletéreo y celeste
la mirada cautiva
del viajero de piedra
se funde con la sal
de un paisaje hostigado
subterráneo y sin huellas
¡qué honduras tan estremecedoras esta/s ausente/s tuya/s!. Y es que los azules son mentireiros, Rafa... ;-)). Bellísimos, eso sí.
ResponderEliminarBesosss.