jueves, 2 de diciembre de 2010

Muerte de un poeta


de la boca del cántico
abruptos y espasmódicos
emergieron los últimos acordes
como esas náuseas secas
de estómago vacío y nicotina
que quiebran en mañanas de resaca
el sórdido y efímero letargo
que presta la ebriedad a un sueño herido
de muerte bajo el yugo del destiempo

y el grito desgarrado hecho de bilis
amarga cautivada en los adentros
mudó la luz buscada en el poema
en un perenne y lúgubre silencio

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