Jordán
tan grande es ya la herida que no cabela sangre en el poema. . . . . . . . . . . . . . . . . . su ancho ríosin cauce engendra un mar negro y bravíorompiendo sin piedad sobre la navede la esperanza exangüe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . qué mal sabeen la afasia esta sal qué escalofríode agónicos anhelos que sin bríose sienten ya naufragio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . no hay más gravezozobra que en su espanto el verbo ahogadosentir que la palabra -ayer cauteriofrenando la hemorragia- muda en seriosilencio en grieta el grito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . que apocadoel llanto se abandona al denso abismobiliar y deletéreo del mutismo
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