cuando dejé la fiesta
aquella hostil mazmorra
de luz frente a mis sombras
cuando pude escapar
del imán que mi anhelo
polariza y repele
al marcharme humillado
por no haber conseguido
acopiar el valor
ni la fe suficientes
para al fin merecer
un instante de dicha
compartida contigo
no lo pude evitar
ebrio de soledad
pensé y sigo pensando
que perdidos los mapas
de la fe en el encuentro
no queda entre nosotros
ya ni una despedida
y lo malo
no es eso
lo malo es que ahora sé
que todo es por mi culpa
y cuánto y con qué encono
me duele esta certeza
Ilustración: Decalcomanía, de René Magritte
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