Y a aquel ángel, feraz e inesperado, le comenzó a nacer un sexo, un sexo indistinto, nadie, ni aun el más prestigioso de los sexólogos, hubiese podido afirmar con rotundidad que se tratase de un sexo masculino o femenino, pero sin duda era un sexo. Lo supo porque siempre que el viento descansaba en el lugar de aquel prodigio se sentía vivo; y el ángel, hasta entonces, nunca había sabido lo que era sentirse vivo. Y tuvo miedo –ser poseedor de un sexo propio, como mayor pecado contemplado por la jurisprudencia celeste, era castigado con la castración. Y se arrancó las alas y descendió hasta el mundo para tratar de ocultarse entre los hombres, de ser un hombre más entre los hombres. Y como, pese a haber perdido su inmortalidad, no era suficiente para pasar desapercibido, se dedicó a hacer el mal, y se murió de pena sin haber llegado a disfrutar del sexo en compañía.
Que imaginación y que forma de escribir. Con tantas cosas como se leen a diario, cuando de repente te topas con algo de esta calidad lo sabes automáticamente. Es sencillamente genial esta curiosa fantasia sobre el sexo de los angeles.
ResponderEliminarBesos de Lulu
Vaya ! es una pena que no se puedan cumplir ciertos deseos... Enfín, el angel tendrá que esperar a ver si en otra vida le nace "seso" a los hombres y mujeres; aunque aquí, tener "seso" resulta un incordio tan mayúsculo como el "sexo" "nacídole" al querubín....
ResponderEliminarBesitos castos, Poeta !
Esto va de aquello que se dice de que " es un mal follao"? o , " yo le regalaba un buen consolador"?
ResponderEliminarBesos, lu lu lu, luna, coño. Eva luna.
Entonces, mi despedida sería:
ResponderEliminarBesos de lu lu lu luna, coño, Eva Luna.
O
Besos.
Lu lu lu, luna, coño, Eva Luna.
O
Besos,