Como hacemos con dios
Ya conozco el porqué;los íntimos motivosque me hacen inventarte:tengo miedode que se acabe el tiempo,este tiempo sin pruebasde tu ansiada presencia, y, cobarde, preciso,
como hacemos con dios,
engendrarte infinitapara hallar un sentidomás allá de la muertea mi yerma existencia.Y qué hostil y castranteesta revelaciónque inclemente sacudelos cimientos somerosque sostienen las ruinasde mi extinta esperanza;este hosco entenderque mi aliento insufladosobre el barro resecode las horas gastadas,sólo ha de dar a luzla sombra de tu ausencia.
Bellísimo.Y triste.A veces no nos queda mucho más que inventar nuestros pequeños dioses.Abrazo
ResponderEliminarSerá que tenemos que invantar mil motivos para no morir de pena.
ResponderEliminarTus palabras resuenan bellamente en mi corazón.
Te abrazo casi a medianoche.
M.
Malditas sombras de ausencia, Rafa
ResponderEliminar¡Cómo duelen tan dentro, tan dentro,!
Y si bien en el divino terreno me siento agnóstica, en el del amor, afirmo ciegamente su existencia. ¿Las pruebas ? ¿no son concluyentes las del dolor que provoca?
Es precioso, Rafa, duele y escuece.
Una vez más me retiro con los ojos preñados de agua