lunes, 4 de octubre de 2010

A veces el exilio


Cuentas que me marché, dices a todos
Que no tuve valor para, a tu lado,
Quedarme, abandonando el abnegado
Deber con que me ataba a unos periodos

Que ya eran fría ceniza en los recodos
De un camino sin vuelta; que el pasado
Pudo más que el futuro y que, aterrado,
Fui un desertor. Da igual; de todos modos,

Tengas o no razón, es la distancia
El triste resultado de aquel yerro.
Cuentas que me marché, mas nunca has mencio-

nado distinta opción. Yo doy constancia:
A veces el exilio es un destierro
Velado tras los muros del silencio.

9 comentarios:

  1. Gran soneto y tremendo final para una realidad frustante...un fuerte abarzo.

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  2. Pedazo de soneto!! y cuánta razón en los últimos versos.

    Besoss

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  3. Yo no diría que a veces, siempre el exilio es un destierro, y duele más allá del silencio.

    Un beso, Rafa.

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  4. Ese terceto final me dejó ko.Gracias por escribirlo, gracias por dejarlo aquí.gracias.

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  5. A veces el exilio es la única salvación.
    Muero y renazco entre tus versos.


    Te abrazo cielito.


    M.

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  6. Callar las razones, las otras razones...
    A veces es mejor el silencio.

    Besos, mi poeta

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  7. ¡Manda huevos! que tenga que conocer tu exilio a través del blog de Carmela -Andando caminos-

    Dicho lo cual... prosigo
    ¡qué guapo te quedó! ese destierro exilio.
    Un abrazo y buen día
    desde aquí arriba: PAQUITA

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  8. El exilio siempre duele y punza.Quien se queda no puede sentir esa punzada.Siente otras.Un abrazo

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  9. Fulminante final.
    La libertad y la palabra jamás en el destierro.
    Un beso Rafa

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