El ojo y la bula
POCOS individuos hubo por aquellos pagos con tan certera puntería como el padre Amador. Amador Recio de la Vara, para más señas. Y es que, Amador, donde ponía el ojo ponía la bula. Y así, llegaron a contarse en más de un centenar los sobrinos suyos que acabaron, con el tiempo, poblando la comarca.
ufffffffffffff así hay muchos :)
ResponderEliminarEse cura ha de hacerlo muy bueno que está logrando poblar la comarca. Dime para ir a probarlo, que debe estar rico.
ResponderEliminarGracias por tu abrazo, lo recibo con todo el cariño que me lo das.
Andri