Te espero en las regiones donde el llanto
creció pariendo agónico un mar muerto;
te espero todo sal, mi pecho, abierto,
mordido por las hienas del quebranto.
Y, anclado en esta espera, alzo mi canto,
sin aire ni esperanza, aun viendo cierto
que no han de trascender de este desierto
los ruegos inaudibles que levanto.
Te espero en la más cruel desesperanza,
sabiendo que no has de volver te espero,
te espero atravesado de añoranza.
Te espero y caigo y me alzo y caigo, espero
trabado y sin aliento, sin pujanza
te espero y esperando, muerto, muero.
creció pariendo agónico un mar muerto;
te espero todo sal, mi pecho, abierto,
mordido por las hienas del quebranto.
Y, anclado en esta espera, alzo mi canto,
sin aire ni esperanza, aun viendo cierto
que no han de trascender de este desierto
los ruegos inaudibles que levanto.
Te espero en la más cruel desesperanza,
sabiendo que no has de volver te espero,
te espero atravesado de añoranza.
Te espero y caigo y me alzo y caigo, espero
trabado y sin aliento, sin pujanza
te espero y esperando, muerto, muero.
Que doloroso...
ResponderEliminarBellísimo, Poeta.
ResponderEliminarSólo cuando se escribe desde la voz del alma brota un soneto así
Te quiero !!!
hasta la vuelta!
Mientras te leo me digo....Rosa, es solo un soneto cogido al alma con alfileres...¡pero como duele!
ResponderEliminarUn besazo