lunes, 12 de julio de 2010

Los panes y los peces


DURANTE los años que Andrés y Pedro compartieron cama, tiempo y mantel con Virginia, ni un solo instante pudieron dejar de sentirse segundo plato, pordioseros a la espera de las pocas migajas de pasión y cariño que se les antojaba caían del lecho y de la mesa como maná anhelado, pero insuficiente y precario siempre. Nunca, cegados por los celos, tuvieron la fe suficiente para alcanzar a comprender que Virginia, en cuestiones de amor y de ternura, era, pródiga y fructífera, un milagro irrepetible. Y acabaron desperdiciando aquel prodigio. Hoy Virginia vive sola y, sólo muy de cuando en cuando y siempre con desconocidos, mantiene relaciones esporádicas de lo más convencionales y sin el derecho a otorgarse nunca una segunda oportunidad. El lugar de Andrés y Pedro lo ocupan las hormigas.

5 comentarios:

  1. Si, muchas veces quere algo mas, no contentarnos con lo que poseemos, esal final perder lo poco que teniamos...un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Es que para compartirrrr hay que estar preparado eh..claro que como decía un amigo mio economista:"¿que prefieres el 10% de algo o el 100% de nada?

    No queda muy bien la reducción economicista ..pero es clara

    Mas besos!!

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. me encantò este texto, sobre todo el final, un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Como dice Dafne.. el 100% de nada. Que cosa mas triste como para conformarse.
    Besos

    ResponderEliminar