A SOLAS con mi cómplice, repaso el plan que orienta la masacre: en esta poquedad la felonía no es más que el don de un cielo encapotado que ulula sobre un áureo mar de herrumbres; bendito el que apuñala por la espalda la sombra de una duda.
Cae la tarde, y un ángel malogrado, a objeto de cumplir lo establecido, reclama ser motivo de venganza. Mas quedan dilaciones de por medio. Todo ha sido auspiciado meticulosamente; no cabe error posible en este crimen: trinidad sin misterios; acero uniendo a víctima y verdugo, frente al paralizante hedor del miedo.
No cabe más premura que la aurora; al norte del periplo coagulado, aguarda con paciencia inusitada, la pútrida clemencia de lo cóncavo.
Cae la tarde, y un ángel malogrado, a objeto de cumplir lo establecido, reclama ser motivo de venganza. Mas quedan dilaciones de por medio. Todo ha sido auspiciado meticulosamente; no cabe error posible en este crimen: trinidad sin misterios; acero uniendo a víctima y verdugo, frente al paralizante hedor del miedo.
No cabe más premura que la aurora; al norte del periplo coagulado, aguarda con paciencia inusitada, la pútrida clemencia de lo cóncavo.
Fotografía: Emil Schildt.
"Bendito el que apuñala por la espalda la sombra de una duda"...magnífico.Un beso
ResponderEliminarEstá cerca el final
ResponderEliminarlas hadas echan el resto
compiten
quieren ser idolatradas
que se le jueguen
a los chinos.
Ganadora la del verso
más corto.
Un abrazo,León.
Que la clemencia se apiade, de dolor que acecha.
ResponderEliminarUn besito Rafa.