domingo, 4 de abril de 2010

Sometimiento


A SOLAS con mi cómplice, repaso el plan que orienta la masacre: en esta poquedad la felonía no es más que el don de un cielo encapotado que ulula sobre un áureo mar de herrumbres; bendito el que apuñala por la espalda la sombra de una duda.

Cae la tarde, y un ángel malogrado, a objeto de cumplir lo establecido, reclama ser motivo de venganza. Mas quedan dilaciones de por medio. Todo ha sido auspiciado meticulosamente; no cabe error posible en este crimen: trinidad sin misterios; acero uniendo a víctima y verdugo, frente al paralizante hedor del miedo.

No cabe más premura que la aurora; al norte del periplo coagulado, aguarda con paciencia inusitada, la pútrida clemencia de lo cóncavo.


Fotografía: Emil Schildt.

3 comentarios:

  1. "Bendito el que apuñala por la espalda la sombra de una duda"...magnífico.Un beso

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  2. Está cerca el final
    las hadas echan el resto
    compiten
    quieren ser idolatradas
    que se le jueguen
    a los chinos.
    Ganadora la del verso
    más corto.

    Un abrazo,León.

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  3. Que la clemencia se apiade, de dolor que acecha.
    Un besito Rafa.

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