
Abierto el párpado a la aurora
En su deriva el ojo
Se rumia fiel reflejo de lo cósmico.
La noche en cambio
Grave
Cautiva en su negrura el centelleo
Lo ausenta lo consume
Desvela el fatuo azul que arde en su máscara.
Y sin credo las cuencas
Hirsutas y vacías
A tientas
Perspicaces
Nimias lamen
El útero en que se hunden los espejos:
La oquedad amarilla.
Rafa, no paras:¡¡¡la inspiración se ha apoderado de ti (o tú de ella)!!!
ResponderEliminarFuertes figuras simbolicas llenas de color y pasion..un abarzo.
ResponderEliminarPacientes
ResponderEliminara ver al alba llegar
por donde
vieron despedirse
sus raíces.
No tengo prisa
espero.
Un saludo,León.
Hola Rafa:
ResponderEliminarHermosos versos, poderosos e inquietantes, Los he disfrutado mucho. Un abrazo:
Tadeo