AMBOS sabían que aquella noche el destino los separaría tal vez ya para siempre.
-Sube esta noche conmigo.
-No puedo… no debo; sabes bien que me tendría que marchar a lo sumo en una hora.
-¿Y…?
-Que sólo me permitiría subir si fuese para despertar a tu lado.
-Pues, entonces, llegado el momento, simulemos que se nos amanece el día del fin del mundo.
Fotografía: Anne Vitale.
Simulemos...Muy hermoso.Un beso
ResponderEliminar¡ Qué bien, pero qué requetebien te sienta la primavera, criaturita !
ResponderEliminarBesillos, Poeta !
Que bonito...me parece magnifico apostar asi, tod puede pasar en un isntante y esque... por ese instante vale apostarlo todo.
ResponderEliminarsaludos, siempre esencia.
Por todo lo que sugiere,que me anima a imaginar...me sale uno de esos Jooooo lastimeros que a veces me salen de dentro.(sobran las palabras)
ResponderEliminarToda una pena,el no poder...
Besos