-Manuela... Manuela.
-Sí, ¿quién es?
-Manuela ¿qué haces?
-Yo, pues preparando la función, ¿qué voy a hacer si no?
-Pero Manuela, que no es la hora, todavía no te toca actuar a ti.
-Pero, si ya lo tengo todo preparado, mira la poesía que tengo preparada para abrir la función y qué me dices del juego de los pañuelos, ese siempre gusto mucho y para los niños tengo la caja con el conejo, eso les encanta y...
-Espera Manuela, ya veo que lo tienes todo a punto, pero es que no te toca, que antes que tú vienen otros y tú no puedes colarte, tienes que esperar tu turno.
-Pero es que lo tengo todo preparado, mira, te voy a leer la poesía que elegí a ver si te gusta, yo creo que les va a gustar, dime tú qué opinas, mira dice así....
-Manuela estoy seguro que es preciosa y que gustará mucho, pues tú siempre escribes con ternura y cariño, pero te repito que tendrás que esperar un poco más.
-Bueno, lo que tú digas, pero recuerda que lo tengo todo preparado.
-Claro, Manuela, ya sé que tienes todo a punto para cuando se levante el telón, que será tu mejor actuación, y estamos todos deseando escuchar tus poemas y disfrutar tu magia, y los niños esperan emocionados ver como ese conejo blanco sale de tu chistera y también están esperando que les leas alguno de esos cuentos tan bonitos que escribiste para ellos, pero te repito que no es la hora, y anda vete ya que te están llamando.
-Doctor, ya está despierta.
-Manuela, cómo se encuentra, menudo susto nos ha dado, ya creíamos que nos dejaba, pero, bueno, ya pasó todo y por suerte está con nosotros nuevamente.
-Sí, doctor, la función se retrasará un poco.
-¿Cómo dice, Manuela?
-Nada, doctor, nada.
-Sí, ¿quién es?
-Manuela ¿qué haces?
-Yo, pues preparando la función, ¿qué voy a hacer si no?
-Pero Manuela, que no es la hora, todavía no te toca actuar a ti.
-Pero, si ya lo tengo todo preparado, mira la poesía que tengo preparada para abrir la función y qué me dices del juego de los pañuelos, ese siempre gusto mucho y para los niños tengo la caja con el conejo, eso les encanta y...
-Espera Manuela, ya veo que lo tienes todo a punto, pero es que no te toca, que antes que tú vienen otros y tú no puedes colarte, tienes que esperar tu turno.
-Pero es que lo tengo todo preparado, mira, te voy a leer la poesía que elegí a ver si te gusta, yo creo que les va a gustar, dime tú qué opinas, mira dice así....
-Manuela estoy seguro que es preciosa y que gustará mucho, pues tú siempre escribes con ternura y cariño, pero te repito que tendrás que esperar un poco más.
-Bueno, lo que tú digas, pero recuerda que lo tengo todo preparado.
-Claro, Manuela, ya sé que tienes todo a punto para cuando se levante el telón, que será tu mejor actuación, y estamos todos deseando escuchar tus poemas y disfrutar tu magia, y los niños esperan emocionados ver como ese conejo blanco sale de tu chistera y también están esperando que les leas alguno de esos cuentos tan bonitos que escribiste para ellos, pero te repito que no es la hora, y anda vete ya que te están llamando.
-Doctor, ya está despierta.
-Manuela, cómo se encuentra, menudo susto nos ha dado, ya creíamos que nos dejaba, pero, bueno, ya pasó todo y por suerte está con nosotros nuevamente.
-Sí, doctor, la función se retrasará un poco.
-¿Cómo dice, Manuela?
-Nada, doctor, nada.
En la fotografía: Manuela Rejas e Isabel Sevilla, ilusionistas.
Y porque siento la palabra madre muy cerca de los huesos, me parece infinitamente más bello de lo que infinitamente es.
ResponderEliminarGracias y besos.
precioso.
ResponderEliminarHoy necesitaba una cuota de ternura, y la encuentro en las paredes de tu casa.
ResponderEliminarMil gracias por eso.
Beso.
MaLena.
Delicioso relato, evocador y magico...un abarzo.
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