UN BUEN POEMA, para llegar a serlo, ha de brotar casi indefectiblemente del corazón herido, de una entraña arrítmica, de una víscera purulenta. No obstante, si, tras esas fértiles náuseas, el vómito no es pulido y tallado con el método y la precisión de un joyero, podrá poseer un sinfín de valores, pero, como poema, no pasará de ser, entre otros muchos, más que un vulgar diamante en bruto.
Técnica y ¡¡chispa!!
ResponderEliminarTú ves por qué no soy yo poeta: ¡hay que sufrir un "güevo"!
ResponderEliminarbesillos
Hola Rafa! Exacto, sin corazón no hay poema (no necesariamente roto) y sin técnica tampoco.
ResponderEliminarTienes ambas, poeta.
Beso. :)Reina