Lago
Al fin la fuerza, al finConsigo unir pedazosQuebrados de un destiempoQue no hubo calendarios.Fue gravoso.No es fácilEjercitar los músculosDe un alma rota,LlevaUn tiempo innumerableRecomponer sus huesos–Cristal molido, añicosDe un lustro de mazazos-,Tapar las cicatricesQue, ocultas, permanecenSangrando en la sonrisaQue esgrimen los que ultimanSu puzzle de entelequias.No obstante, a veces,Llega.Igual que ahora.LástimaQue este vigor reciénCobrado,
Sólo sirva,Como otras tantas,ComoCuando era débil, paraFingir que
No me importa.
Pues adelante y ya que se unieron los pedazos, la cabeza alta y mirando de frente a la vida...
ResponderEliminarBesos
(espero que todo vaya bien)
Gran poema lleno de un cierto desencanto existencial, genial la forma del ritmo con que te expesas a lo largo de los versos. Un delicia leerte, como siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso, lo he disfrutado mucho. Me gusta la voz poética que recita estas palabras. Un abrazo:
ResponderEliminarTadeo