
Hastiada en el obstruso andén sin nombre
Que ajeno por completo a itinerarios
La ataba a su equipaje de fracasos
Al tiempo en que - vidriosa la mirada
Sin aire contemplaba entre la bruma
El óxido espesándose en las vías
Gustaba de pensar como desahogo
Que ya nada en su vida ocurriría
Capaz de producir tanta zozobra
Tan sólo comprendió que era un error
Cuando hubo descendido a lo más hondo
Del viaje que emprendió a ninguna parte
Maravilloso...gracias por tu comentario que me ha permitido seguirte los pasos.espero que nos sigamos leyendo.
ResponderEliminarSiempre hay un momento de lúcidez antes del desenlace final.
ResponderEliminarBesitos
Qué hermosos versos!
ResponderEliminarLa vida también es un viaje a ninguna parte, seguramente después comprendió que había tomado la decisión correcta. (Allá)
Besos
Hoy acomodé el armario, el príncipe no vino.
Has transmitido perfectamente la sensación.
ResponderEliminarNo conoceríamos la luz sin la sombra.