Se alza tu mano en la distancia
Mudadas gesto inicuo, las palabras
Crispan sus dedos y un chirrido
Oprime el corazón de los ensueños:
Estrépito y silencio, amancebados,
Copulan sobre un lecho de mordazas
Y engendran al verdugo que ajusticia
Con saña las vedadas esperanzas.
¡Santos cielos, Rafa!, ahora no sé cuál de tus neonatos poéticos sea menos maléfico, si este "verdugo que ajusticia con saña las vedadas esperanzas." o aquel "demonio predador de milagros" de tu poema "Sobre el último filo"
ResponderEliminarVa un abrazo grande mi peculiar amigo,
Isa
Esa imagen es fea Rafa, muy fea. En las entradas antiguas tienes otra muy parecida y me dan yuyú...brrrr.
ResponderEliminar