No hay verso ni palabras que precisen
Las náuseas que cautivan al que, hundido
Sin cantos de sirena que lo arrullen,
Simula colectar coral y perlas
Con aire en abundancia en los pulmones,
Y no es más que un despojo uncido al légamo
Que engulle anoxia y sal en la ardua espera
De un súcubo del piélago que absorba,
Piadoso y raudo, su último suspiro.
Las náuseas que cautivan al que, hundido
Sin cantos de sirena que lo arrullen,
Simula colectar coral y perlas
Con aire en abundancia en los pulmones,
Y no es más que un despojo uncido al légamo
Que engulle anoxia y sal en la ardua espera
De un súcubo del piélago que absorba,
Piadoso y raudo, su último suspiro.
El poema es posiblementeprecioso...
ResponderEliminarbesos
Para ti no hay poema imposible.
ResponderEliminarMe ha recordado a la exposición en la que estuve ayer, en el museo thyssen; sobre todo, los cantos de sirenas y la foto (parece el mito de Andrómeda). Besos. :) Reina
Jaja, me gusta el comentario de Dafne.
ResponderEliminarY me encanta tu poema Rafita, imposible que no me guste.
Un beso
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ResponderEliminar.
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Ay... verso, palabras y música > http://www.goear.com/listenwin.php?v=83d6aed
Abrazos.
Bueno, si te han de abrir los ojos, que sea en verso; con versos como los tuyos.
ResponderEliminarBesos.
Es el ciclo vital, dejamos que otros vivian con nuestros suspiros...un abarzo.
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