Cuando les explicó sus pretensiones, no dudaron ni un solo instante en avalarlo con sus escasos bienes. Al cabo, el objetivo que se perseguía con la petición de aquel crédito no era otro que el de tratar de salvar a la empresa y, con ella, sus propios puestos de trabajo. Nunca sospecharon que su verdadera intención era la de dedicar aquel préstamo a abonarles el finiquito.
Si de pillos esta el rio revuelto...y de sindicalista que no han dado palo al agua salvo para cobrar a fin de mes, de politicios que solo han vivido de su partido, de....en fin...un fuerte abarzo.
ResponderEliminarHola, Rafa, me ha encantado tu preguntita...
ResponderEliminarBesos!!
De nuevo, nada nuevo..., me temo.
ResponderEliminarBesos