Mira esta sangre yerma y fría,
Mira estos huesos descarnados,
Este sepulcro de cal viva,
Vértigo y sal, negro de espanto.
Mira estas sombras, esta herida,
Orto desértico, arruinado,
Donde alumbraran las pupilas,
En polvo y alma declinando.
Mira estas órbitas sin vida,
Cauces resecos, agrietados,
Mira sus cuencas ya vacías,
Mira… por ellas… brotó el llanto.
Mira estos huesos descarnados,
Este sepulcro de cal viva,
Vértigo y sal, negro de espanto.
Mira estas sombras, esta herida,
Orto desértico, arruinado,
Donde alumbraran las pupilas,
En polvo y alma declinando.
Mira estas órbitas sin vida,
Cauces resecos, agrietados,
Mira sus cuencas ya vacías,
Mira… por ellas… brotó el llanto.
Ilustración: Jan Saudek.
Poesía, pura poesía de la buena Rafa!
ResponderEliminarSe me pone la piel de gallina cuando cierras así.
Te felicito.
Besos, besos.
Éste poema sangra, llora dolor por todas sus letras, escuece en el alma al leerlo, sólo por eso ya vale la pena hacerlo, ya sabes que conseguir eso es muy difícil, creo que sólo tú, eres capaz de hacerlo tan bien, enhorabuena por ello.
ResponderEliminarMil besos.
Precioso. PAQUITA
ResponderEliminarCierto ,sangra como lo hacen las miradas de las que he bebido las últimas semanas.
ResponderEliminarHolaaaaaa poeta¡¡
de vuelta :-)
un dos tres besos.
Olá tudo bem com você?
ResponderEliminarÈ um belo poema, triste... mas belíssimo.
Gosto de como usa as palavras certas e fortes para compor seus versos.
Você é muito sensivel, uma qualidade dada somente aos corações nobres dos poetas.
Mil beijos,
Desejo-lhe uma ótima semana.
uuuuuuuuffffffff, me ha angustiado tu poema, se me han puesto los bellos de punta al leerlo...
ResponderEliminarCuídao Rafa, qué te deshaces y no queremos un poeta a retales...
ResponderEliminarQué bueno eres joío.