A golpes de salitre
Desde mi templo yermoEscucho al río golpeando.Abismos sin gargantaSe elevan insalvables a mi paso.Devoran mis periplosVedando sus riberas a mis salmos.Para alumbrar la salSólo me queda el canto,Para apagar mi sedNo más que el llanto.
Siempre hay que llorarlo hasta agotarlo todo..
ResponderEliminarPero tambièn saber que a veces somos nosotros mismos quienes elegimos lo 'insalvable al paso' tal vez para aprender algo-
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernàrdez.
Un abrazo Rafa.
Después de lo que te ha dicho Uma, ya no tengo más que añadir.
ResponderEliminar¿Una cervecita, para la sed? Yo te invito
Un besazo
Genial, en pocos versos transmites mas sabiduria que muchos en voluminosos libros y parrafos parragosos...canto y llanto como una soleá.
ResponderEliminarUn abrazo.
esto sí, siempre
ResponderEliminargrande
gracias