(Por un simple signo de puntuación)
- Nuestro eslogan de campaña no es una promesa; es ya una realidad que se está gestando y que nacerá para no morir nunca justo el mismo día en que ganemos las elecciones. Y las vamos a ganar, sí, las vamos a ganar. Nosotros y vosotros, unidos, las vamos a ganar. Y cuando las ganemos os traeremos eso que reza nuestro eslogan, os traeremos un “mañana mejor”.
Un mañana mejor, un mañana mejor, un mañana mejor... repetía y repetía sin cesar ante las masas más y más enfervorizadas y numerosas mitin tras mitin.
Y ganaron las elecciones.
Y llegó el día después y todo se fue paralizando; la administración dejó de funcionar y todas y cada una de sus ventanillas de (des)atención al vasallo se fueron poblando de largas colas de desencantados a los que jamás se les llegaba a dar un atisbo de solución para sus crecientes problemas.
Ni siquiera fueron retirados aquellos enormes y llamativos carteles electorales en los que, junto a la fotografía del sonriente candidato, se podía leer:
(Moraleja: No creas en campaña lo que, para mañana, te prometan hoy. Y mucha atención a la "coma" pequeña).
Un mañana mejor, un mañana mejor, un mañana mejor... repetía y repetía sin cesar ante las masas más y más enfervorizadas y numerosas mitin tras mitin.
Y ganaron las elecciones.
Y llegó el día después y todo se fue paralizando; la administración dejó de funcionar y todas y cada una de sus ventanillas de (des)atención al vasallo se fueron poblando de largas colas de desencantados a los que jamás se les llegaba a dar un atisbo de solución para sus crecientes problemas.
Ni siquiera fueron retirados aquellos enormes y llamativos carteles electorales en los que, junto a la fotografía del sonriente candidato, se podía leer:
OS TRAEREMOS
UN “MAÑANA, MEJOR”.
UN “MAÑANA, MEJOR”.
(Moraleja: No creas en campaña lo que, para mañana, te prometan hoy. Y mucha atención a la "coma" pequeña).
Para no arrogarme méritos que no me corresponden, he de confesar que la idea que da origen a este texto inocente y sin malas intenciones, se la debo a un desconocido guionista de "Los Simpsons".
ResponderEliminarMe has hecho reír Rafa, no con el texto... ¡Con el origen de la idea!
ResponderEliminarPensar que una simple coma puede cambiar una idea. A veces les tengo miedo, y titubeo pensando adónde van realmente.
Te dejo por hoy, recién llegue y ando con los párpados caídos.
Un beso enorme.
Es genial Rafa, muy bueno..., de verdad!!! Lo que puede llegar a cambiar una coma, ¿verdad?
ResponderEliminarUn besazo
Post.- Gracias por tu información, como dices, lo habrá ido dejando por todas partes; bueno, de lo que dice hay sólo dotres cosas que son verdad, lo demás no, pero no puedo hacer nada...
Creo que sé quien es, pero no tengo pruebas: es la misma persona que dejaba anónimos en mi blog y en suyo y por eso modero comentarios... Claro ha encontrado la forma de hacerlo de otra manera...
Un beso Rafa
Los detalles más pequeños pueden cambiar todo; una coma, un gesto, un movimiento, una mirada. Es la fuerza de lo sutil.
ResponderEliminarOcurrentes tus palabras (aunque te inspiraran los Simpsons).
Feliz Navidad, un beso, Rafa.
Que el amor y la felicidad inunden vuestros hogares. Que seáis FELICES, con mayúsculas, y que deis felicidad a todo vuestro entorno. Si tenéis un hueco, abrazar a los vuestros, un abrazo de cariño, largo, amoroso, de oso juguetón; se que parece una tontería pero nos hace falta a tod@s. Olvidemos por unas horas la tristeza, la crisis galopante, el no llegar a fin de mes, las penurias....un abrazo muy especial en este dia.
ResponderEliminarFELICES FIESTAS A TODOS.
Por cierto tú tb sabes quién es ..., ló sé, por la entardad ne la que dejaste el avsiso; si quieres borras éste tb; sólo quería darte las garcias. otro día te cuento, ahora no es moemto para ti ni para mi.
ResponderEliminarbesos mil; pero mil