Estación de penitencia (VII)
Se aleja el porvenir como un Shinkansen
Y, atónito, no llega a los andenes
Con tiempo de alcanzar la ansiada calma
De estar a su momento en cada instante.
En la sala de espera polvorienta,
Sentándose en su pútrido equipaje,
Delira suspendido en vía muerta.
Invoquemos a Alestis.
ResponderEliminarPOr muy mal que esté el tiempo, llega el momento en que salen los trenes y la sala de espera queda vacía.
ResponderEliminarUn beso, Rafa.
Pues llamaremos un helicoptero, un taxi, a los Marines, a Swat o al Comando Borracho, pero susto, allí no te quedas por más tiempo, vale?
ResponderEliminar:)
Besos!!!
Deliras de estar ahí, criaturilla. Levántate y anda, enga...atrapa ese tren !
ResponderEliminarBesos
uff como se siente el dolor de perder ese tren,tremendo como todo lo que escirbes.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Había escrito un comentario demasiado largo y es que hoy me levanté un poco negativa. A veces perdemos trenes o no nos dejan subirnos en algunos, lo importante no es quedarse esperando en la estación a que llegue el siguiente tren sino seguir andando hacia donde queramos ir... besos
ResponderEliminarlas vías del viento nunca mueren
ResponderEliminary diosa tiene razón
un abrazo