El hueco que dejaste entre mis manos
Se extiende amargamente por mis venas.
Es veneno, cizaña, muerte a chorros.
Me va desdibujando sin clemencia
Al ritmo de los años que he perdido
Postrado ante tu puerta hecha cerrojo.
Avanza por mis vasos capilares
Mordiéndome la voz, la piel, los ojos,
Las ganas de vivir, la calma, el sueño,
Mis tristes y marchitas esperanzas.
Consume con su aliento bronco y huero
Mi canto y mi sonrisa; se apodera
Del trémulo latido que, hecho arritmia,
Me rompe golpe a golpe la cordura,
Clavando sus esquirlas en mis huellas.
Me seca, me desangra, me calcina,
Me abate, me dispersa, me extenúa,
Me inunda de una fiebre que, sin tregua,
Se muda hondo delirio y crudo espanto.
El hueco que me habita como plaga
De sal se ha ido colmando con tu olvido
Hiriéndome de sed junto al venero
Que ya jamás vendrá a endulzar mis labios.
El hueco me ha sumido en la agonía
Que pronto habrá de hacer que vuelva al polvo,
Y ya tan sólo anhelo que ese día,
Al menos mi recuerdo no perezca
Deshecho para siempre en tu memoria.
Se extiende amargamente por mis venas.
Es veneno, cizaña, muerte a chorros.
Me va desdibujando sin clemencia
Al ritmo de los años que he perdido
Postrado ante tu puerta hecha cerrojo.
Avanza por mis vasos capilares
Mordiéndome la voz, la piel, los ojos,
Las ganas de vivir, la calma, el sueño,
Mis tristes y marchitas esperanzas.
Consume con su aliento bronco y huero
Mi canto y mi sonrisa; se apodera
Del trémulo latido que, hecho arritmia,
Me rompe golpe a golpe la cordura,
Clavando sus esquirlas en mis huellas.
Me seca, me desangra, me calcina,
Me abate, me dispersa, me extenúa,
Me inunda de una fiebre que, sin tregua,
Se muda hondo delirio y crudo espanto.
El hueco que me habita como plaga
De sal se ha ido colmando con tu olvido
Hiriéndome de sed junto al venero
Que ya jamás vendrá a endulzar mis labios.
El hueco me ha sumido en la agonía
Que pronto habrá de hacer que vuelva al polvo,
Y ya tan sólo anhelo que ese día,
Al menos mi recuerdo no perezca
Deshecho para siempre en tu memoria.
Perfección en las palabras, amigo Rafa, en el sentir, eres único. Todo falta y todo sobra.
ResponderEliminarTe admiro.
Un beso, grandísimo poeta.
Sigues como siempre, Rafa. Derramando sentimientos en cada uno de tus versos. Comiéndote la vida para evitar que ella te coma a tí.
ResponderEliminarEres un luchador que no se rinde ante las circunstancias dolorosas que nos combaten y yo... te admiro.
Dirás que si tanto te admiro por qué no vengo más a menudo, y te diré la razón: me siento muy pequeña cuando te leo y pienso que no darás importancia a lo que te diga.A lo más que me atrevo es a enviarte p.p.s. :)
Como dice mi querida Victoria, eres un grandísimo poeta.
Mil besos, Rafa.
Gracias por tus palabras, Rafa. Os tengo un cariño muy especial a ese triunvirato: Victoria, Paco y tú.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Profundas palabras algo rebuscadas para mi nivel.
ResponderEliminarM.
Y aún así parece que sin estas perturbaciones, sin estas espirales de trituradora, no somos capaces de sentirnos vivos.
ResponderEliminarQué bestia Rafa, que maravilla lo que has escrito, yo es que alucino contigo. Aunque la maldiga a veces porque te hace sufrir, la venero por provocar ese fluir constante de versos y belleza insuperable que son tus letras.
ResponderEliminarEs que ya no sé como expresar la admiración.
Un beso
...Y despues de sentir todo esto, a pesar del hueco, tu corazón tan grande, no cabe en tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo