Definitivamente estos políticos (*) mediocres y chaperos que nos han tocado en suerte –en mala suerte- han terminado por mostrar con claridad meridiana que no son más que los mamporreros de los proxenetas del mercado. Entretanto, los sindicatos, proporcionando las sábanas y toallas limpias, y los trabajadores abiertos de nalgas. Eso sí, la asunción de esta nueva vuelta de tuerca al esclavismo –dicen- tiene carácter voluntario: o te la comes hasta el escroto o a la puta calle, que en los basureros del desempleo hay mucho desecho a la espera de poder ser reciclado, aunque sea a golpe de látigo. Menos mal que la otra tarde “nuestros” chicos pateacueros se follaron vivos a los rusos y, aquí, todos contentos. ¿Quién dijo aquello de que cada pueblo tiene a los gobernantes que se merece? Sí, sí, algo de esto debe haber también.
(*) Léase también políticas… por aquello de la paridad.
No sé si tiene algo que ver con la resolución de las sesenta horas, pero vamos como los cangregitos, amigo Rafa, esto es la releche. Claro, que visto de otro modo 60 horas de trabajo es la mejor forma de conciliar trabajo y familia, con no tener de lo segundo lo primero queda conciliado. Y yo siendo padre, ay que ver que arrogancia, dejarle a mis hijos un mundo sin agua, sin árboles, seco como un pedernal para que trabajen como animales.
ResponderEliminar