Son éstos, tiempos de dolor y espanto,
De pérdida perenne en el hastío,
De sombras abonando el desvarío
Que crece al sinsabor del desencanto.
Con sus puertas por siempre a cal y canto,
Se aleja mi tren dejando vacío
El andén de la esperanza. Sin brío,
Se abisma mi espectro en un camposanto
Sin ida ni vuelta. Ya nada queda,
Sólo pasmo, de sus ansias de vuelo
De su rumbo, de sus alas de seda,
De su ardor, de su aurora, de su cielo…
Y, sin tiempo, agoniza la humareda
Del polvo incinerado de su anhelo.
Y bien qué tontería,
ResponderEliminarno soy nada sutil,
si yo sólo pasaba,
pasaba por aquí, pasaba por aquí.
Ningún teléfono cerca
y no lo pude resistir,
pasaba por aquí...
Tú si tienes cosas que decir.
Un abrazo, Rafa.
Qué barroco tu soneto "polvo incinerado de su anhelo".
ResponderEliminarNo estés triste.
¿Qué lees?¿Qué estás leyendo ahora?
Hola
ResponderEliminarme encanto tu espacio...
tus escritos me han dejado feliz,porque hay gente que escribe todavia con el alma...
te invito a que conozcas cem%eu!
espero que te guste...
saludos eternos desde la ciudad del Carnaval...Brasil!
ts
Duros tiempos para la lírica, Rafa.
ResponderEliminarBiennnnn por tu regreso.
Un abrazo.