lunes, 14 de enero de 2008

Sentencia en las rocas



A la espera de caricias de mar
Que, sin rencor, lo balsamen de olvido,
He dibujado, con sangre en la arena,
El desconsuelo que habita en mi aliento;
No cabe culpa posible en las olas,
Pero fue, sin piedad, el vasto piélago,
Quien hirió con su sal y su espuma a las rocas,
Marcándoles a fuego cual cinceles
Infiernos sin efugio que cabalgan
Juzgando a la inocencia del crepúsculo
-Dura sentencia que, al alba, devora
Su luz al horizonte-
.
Este dolor del alma
Lo he dibujado con sangre en la arena,
Pero mar viento aurora sol y cielo
Se visten del color de la entelequia
Anclándome a mi espanto sin mareas.

Fotografía: Sebastian Schmidt.

6 comentarios:

  1. HERMOSÍSIMO, Con esa herida abierta que ya son habituales en tus poemas, y que le dan esa belleza que la tristeza imprime a la poesía.

    Pero hay un verso, en el que quería hcerte una pregunta.
    Si usas en todo el poema puntuación, en uno de los versos finales, donde estás enumerando cosas de la playa, por qué?
    ¿es alguna figura retórica?

    Un abrazo

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  2. Gracias, Sandra.

    Con no poner comas he tratado -no sé si lo he logrado- imprimir velocidad al verso, para pasar a un ritmo más pausado en los dos últimos.

    Un abrazo.

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  3. Pues sí lo lograste, perdona mi intromisión, pero así aprendo, gracias a ti por la respuesta.
    De hecho el´último verso es el más lento y así impacta más

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  4. Q lindo!!! me has conmovido gracias Rafita por tus visitas...

    t dejo un susurrito al oido

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  5. Que dulce y que salado tu poema. Con esa sal que reseca y que cura sanando pero dejando su huella indeleble siempre, esperando esa marea imparable...como una caricia pero que todo lo arrasa.
    Lindo, muy lindo.

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